jueves, 17 de mayo de 2012

A veces lo urgente no deja sitio a lo importante.


En el pijama de mi novia sale Mafalda diciendo precisamente esto: “a veces lo urgente no deja sitio para lo importante”. Me parece una gran frase, una frase que deja salir mucha sabiduría. Si nos paramos un momento a pensar cuántas veces nos vemos envueltos en situaciones, en multitud de ámbitos, donde justo estamos a la faena de lo “urgente” dejando precisamente de lado lo “importante” nos sorprenderíamos  comprobar  el coste que genera dicha confusión.

La situación crítica en la que se encuentra el país (casi diría occidente) nos invita, nos tienta, a atender lo “urgente” dejando quizás de lado lo “importante”, dejando ver precisamente la desorientación ética en la que estamos inmiscuidos.  
  
Lo digo a propósito de la vigencia en mi opinión,  de la tesis marxista que consiste en que la “conciencia”, “la ideología” (en sus términos: la superestructura) deriva de la “estructura material”, esto es; de los “medios de producción”, de la economía (en sus términos de la infraestructura).  También lo digo por otra afirmación de Marx que consiste en que el comunismo llegaría en una sociedad avanzada, industrializada, y llegaría como culminación o eclosión del capitalismo. Estas dos afirmaciones las menciono precisamente porque vivimos en un mundo presumiblemente liberal donde Isaiah Berlin nos explicitó en qué consistían “dos conceptos de libertad”. Uno negativo que reza de la siguiente manera: libertad como el ámbito de no interferencia de otro sujeto a lo que yo estime oportuno para mi destino vital (un compendio de derechos). Y el otro positivo que dice que debo ser yo mismo quién gobierne mi destino, el dueño, el amo de mi destino (viene a ser la democracia representativa).

Todo esto lo comento, como decía, porque parece que asistimos a una confusión de valores donde lo “urgente” no está dejando paso a lo “importante”. Parece que libertad es “ser igualmente libres” es decir libertad parece equivaler a igualdad, que también se formulaba como “igualdad de oportunidades”. Pero como decía; en un mundo avanzado y capitalista parecen haberse reformulado los términos en los que “libertad” equivale a “igualdad de consumo”.

Hoy parece que mucha gente no vive como antes, mucha gente no tiene acceso al consumo de antes, mucha gente no es igual de libre que antes. Hoy parece que estamos dispuestos a sacrificar “lo importante” por lo “urgente”. Es decir, estamos dispuestos a sacrificar derechos, libertades, garantías sociales, con tal de que podamos tener acceso al consumo como antes, a vivir como antes, estamos dispuestos a ser gobernados por quién sea, gente que no hemos elegido voluntariamente (mercados o técnocratas). Que fino hilaba Marx.

Ya concluyo con Mafalda diciendo que “a veces lo urgente no deja sitio a lo importante”.

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